«Toma café con tus citas antes de enamorarte»

El capital simbólico, aquellas cualidades que el resto de personas perciben en ti y te asignan, se construye a partir del conocimiento. Estar presente para ser reconocido. Saber qué haces para ser valorado.

Jugar al futbolín en horario de prime time aporta datos sobre tu inmensa y campechana cercanía. Bailar como si nunca tuvieses que volver al internado de monjas te rejuvenece y aporta la imagen canalla que la rebequita «de a diario» no te permite.

Sin embargo, la exposición implica también vulnerabilidad. Más cuando el personaje construído en nada se parece a la persona de verdad.

A la comunicación política, como al ligoteo a través de la redes sociales, siempre le llega un su «San Martín». Y es ahí cuando la decepción entra en escena. Nunca las fotos de los perfiles son tan altas, tan delgadas y tan elegantes como la cita que toma café contigo y de la que quieres huir antes de terminar la taza.

No siempre en el callejón del gato la imagen distorsionada de la realidad es lo único que cuenta.

¡ Feliz campaña !